La ficción a veces supera a la realidad, especialmente
cuando se producen guerras para mantenerse en el poder. Esta es la historia de Wag the Dog
por Raúl Cazal
La ficción es el arma ideológica que utiliza Hollywood para que nada cambie en Estados Unidos. Sus películas exhiben a un país que es víctima de agresión extranjera o extraterrestre, monstruos –nada mitológicos– y desastres naturales. Cuando los protagonistas son agresores o invasores, sus “héroes” tienen una justificación: “democracia” y “libertad”.
Existen historias en las que son difíciles
de determinar quién es el héroe. Ese es el caso de Wag the Dog (1997), dirigida
por Barry Levinson y protagonizada por Dustin Hoffman y Robert De Niro. Con la
participación de estos actores estelares –que han dado buenos dividendos en
taquilla– podríamos aventurar a decir que uno es el malo y el otro es
el bueno. Pero no es tan fácil cuando la base de la historia es la construcción
de una mentira.
El título de la película es parte de una
expresión coloquial que se explica con detalle después de presentado los
créditos: “¿Por qué mueve el perro la cola? Porque el perro es más listo que la
cola. Si la cola fuera más lista, movería al perro.”