14.7.10

Queremos tanto a Caicedo


Hace 33 años apareció la novela Que viva la música, de Andrés Caicedo. En la mañana del 4 de marzo de 1977, en Cali, Colombia, el autor recibió un paquete con los libros que había enviado la editorial Crisis desde Argentina. Después escribió dos cartas, una para el crítico de cine español Miguel Marías, corresponsal de Ojo al cine en Madrid, y otra, que se conoció tres décadas después, para su compañera que acababa de abandonarlo. Luego, por la tarde, se suicidó.

Su muerte, a la temprana edad de 25 años, alimentó el mito de que era una insensatez vivir más años. Algo que repetía constantemente, además de sentirse envejecido, como lo expresa en las notas de sus cuadernos qué Caicedo solía llamar como su “diario”, pero que a la luz de la lectura, Sandro Romero Rey –que ha escudriñado en los baules del autor de
Que viva la música– prefiere llamar “textos”.