28.2.06

Cuidado con la poesía

A partir de deste post voy colocar algunos poemas que guardé en unas carpetas. Poemas de unos poetas que siempre intenté imitar y que nunca logré nada bueno.

Los voy a publicar sin comentarios porque considero que hablan por sí solos.

Acerca de un poema que lo hizo inmortal

I only wrote it for you and me
Billy Preston


En el sencillo homenaje de la vida
él escribió un breve poema dedicado a tus ojos.
Ninguno de sus versos sobresaltaba por lo audaz;
no tenía giros deslumbrantes,
ni ideas originales,
ni artificiosos encabalgamientos.
Era, más bien, un poema levemente chapado a la antigua,
compuesto sólo para que tu lo leyeras,
con esos benditos ojos oscuros que provocan
estremecimientos,
y sobre los cuales, justamente, él hablaba en sus versos.

Pero un amigo le aseguró que había pasado por alto
la intensidad y la altura;
que no había tenido en cuenta
la función denotativa de las metáforas,
y, sitando a Píndaro, le hizo valiosas sugerencias
para mejorar el final.
Otro descubrió confusión y redundancia
y hasta insinuó (con tacto, es cierto)
que el isomorfismo de algunos pasajes
era francamente de mal gusto,
y citando a Petrarca, le hizo modificar varias estrofas.
Otro más, blandiendo a Poe, se refirió al notorio desbalance entre forma y contenido,
y le hizo transferir el género a la especie (y viceversa).
No faltó quien le recordara
las opiniones de Platón sobre los poetas,
ni tampoco quien le exigiera, citando a Péret,
imágenes de un cierto sabor entre dadaísta y automático,
pero con un toque sutil de angustia pascaliana
ante la infinidad helada y silenciosa del Universo.
Y él cortó, cambió, agregó, modificó, suprimió, depuró, rimó, midió,
persiguiendo quedar bien con aquellos amigos
y con las ilustres autoridades que habían esgrimido,
pero también
con los que habían hecho mención
de Pound,
Pope,
Prudencio,
Proust
y el abate Prévost.
(Él no tuvo en cuenta, es justo reconocerlo, a quienes habían citado a Pemán, Pereda y Pérez de Ayala. Los dioses los perdonen).

Por fin, la historia conocida:
El poema apareció en revistas y florilegios,
en periódicos y antologías.
Fue traducido a todos los idiomas
y por él recibió medallas, abrazos, distinciones.
Fueron pasando los años
y cultos profesores alemanes le dedicaron voluminosos estudios al poeta.
Finalmente, alguien murmuró, en tono circunspecto,
que ya era hora de que
se le otorgara ese premio sueco.
¡Y fue complacido!

Sí, parece que, después de todo,
resultó ser un gran poema.
Pero me contsa que no eran ya más
los claros y sencillos versos dedicados a tus ojos,
escritos en el lenguaje de la vida
para que sólo tus bellos y oscuros ojos lo leyeran.
No era su poema.

Luis Rogelio Noguera
(1945-1985)
Poeta cubano

Tomado de la revista Casa de las Américas. No. 124. Enero-Febrero 1981. La Habana, Cuba.

25.2.06

La búsqeda

Desde que existe internet y los motores de búsqueda como Yahoo y Google, uno nunca pierde el tiempo buscándose en la red. Siempre consigues algo nuevo o dasaparece algo que habías encontrado con anterioridad en búsquedas posteriores.

Si quieres conocer a alguien, quizá el primer lugar para conseguir alguna información es en internet. De vez en cuando me busco, no tan seguido. Todo depende del tamaño del ego que se tenga en ese momento.

El caso es coloqué en Google mi nombre y apellido y aparecen unas cuantas páginas donde aparece éste. Para mi sorpresa, conseguí que estaban subastando o vendiendo en Ebay mi libro Todo tiene su final. Este libro de relatos está agotado, pero dentro de poco aparecerá nuevamente una segunda edición "corregida, modificada y disminuida".

También me topé con un ensayo sobre la Narrativa paraguaya después de la dictadura. Este ensayo me llamó la atención porque hace una breve descirpción de la literatura paraguaya y se arriesga a decir cosas como estas:
Pero lo que caracteriza a la generación más joven es el cambio temático y la exploración del paisaje urbano, la modernidad y el género fantástico. En estos senderos sobresalen Raúl Cazal (Asunción, 1964) con El bolero de baila pegadito y Todo tiene su final; Michael Brunotte (Asunción, 1963) con Una herencia peligrosa; Andrés Colmán (Yhú, 1961) con El último vuelo del pájaro campana; y la literatura fantástica de Francesco Gallarini (Asunción, 1978) con Aventuras intergalácticas y La Clase.

Agradezco la mención que me hace Alexander Prieto Osorno, el autor del ensayo, pero confieso que yo no he escrito nada que se acerque a literatura paraguaya. El hecho de nacer en Paraguay nos hace intuir que cuando escribimos lo hacemos desde esas raíces. Quizá Todo tiene su final tiene esa mirada del extranjero sobre una realidad que pareciera serle ajena, como una vez me lo hizo saber Freddy Fernández.

Lo único que puedo afirmar es que cuando escribía Todo tiene su final tenía la necesidad de que el lector escuchara una voz, la del narrador que contaba historias tan inverosímiles que se parecían a la vida cotidiana en los barrios, el 23 de Enero, en Los Flores de Catia. No se si lo logré. Habría que preguntarle a los lectores.

24.2.06

Fragui y sus cosas

El poeta Gonzalo Fragui nunca me entregó la lista que le había pedido hace dos años, pero tuvo la osadía de publicarlo en la revista digital Tinta china. He aquí sus libros.

LIBROS SIN CONCESIONES

En estos días Raúl Cazal, de la Editorial Comala, me ha pedido que le haga una lista de diez títulos que yo recomiende. Me ha dicho tajantemente: “hazme una lista, pero eso sí, sin concesiones”.

Los siguientes títulos cumplen claramente con esa condición, porque se los hemos querido conceder a mucha gente pero nadie los ha aceptado.

1.- El manual del levante. Pedro Chacín.
2.- Sarita, Sarita, tú eres bien bonita. Miguel James
3.- El bolero se baila pegaíto. Raúl Cazal
4.- La casa del hechicero. Freddy Fernández
5.- El manual del despecho. Gonzalo Fragui
6.- Zoonetos. Adelis León Guevara.
7.- Acantilado. Ryukichi Terao
8.- Crónicas de Acirema. Antonio Mora
9.- No hay mar que por bien no venga. José Lira Sosa
10. Peticiones osadas. Julio Jiménez.

No nos queda la menor duda de que ha nombrado tan sólo a ocho libros merecedores de estar en una lista.

9.2.06

10 libros fundamentales para un amigo, una amiga y yo

Para finales de 2004 publiqué una agenda que contenía una lista de 10 libros fundamentales (sin concesiones). Publicaré la de un amigo (Freddy Fernández), una amiga (Rossana Roncaglia) y la mía.

Puede que coloque la de otros, pero por ahora van la de estos.

10 libros fundamentales según Freddy Fernández

1. La máscara, la transparencia, de Guillermo Sucre.
Una forma de acceder acompañado al poema para descifrar con otra óptica todo el paisaje.

2. Masa y poder, de Elías Canetti.
La simbología del poder y de la lucha explorada desde múltiples perspectivas.

3. Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.
Cien años certeros de ilusión a quemarropa.

4. Don Quijote, de Miguel de Cervantes
Sobre esta piedra funda su iglesia toda la narrativa de la lengua castellana.

5. Nueva antología personal, de Jorge Luis Borges.
La puerta más luminosa para ingresar a perderse en el laberinto. Donde siempre debemos regresar.

6. La odisea, de Homero.
Desde aquí salieron las voces cuyos ecos nos alcanzan sin haber perdido ni un decibel de fuerza.

7. La divina comedia, de Dante Alighieri.
Todos fuimos ya descritos en esta obra. Allí estamos, en el infierno, purgando nuestro pecado.

8. Rayuela, de Julio Cortázar.
No importa cuál sea el método de lectura. Todos cabemos y, también, caemos en el juego.

9. La vida exagerada de Martín Romaña, de Alfredo Bryce Echenique.
Una visión lúcida, irónica, corrosiva y trágica de la conciencia latinoamericana.

10. Seis propuestas para el próximo milenio, de Italo Calvino.
Una defensa apasionada y brillante de la literatura. Un viaje hermoso a los territorios del lenguaje.

La cifra de 10 es muy corta. Para mi felicidad podría ampliar varias veces este número. Algunas ausencias son demasiado dolorosas como para obviarlas: Kafka, Cioran, Kavaffi, Sabines, Auster, Faulkner, Lagervist, Onetti, Pessoa, Rimbaud, Rilke, Li Po, Paz, Rulfo, Sabato, Lezama Lima, Carpentier, Cadenas y Juarroz. Todos podrían estar entre los 10 que, además, no están colocados en un orden preciso.

* * *
Freddy Fernández. Licenciado en comunicación social en la UCV. Ha publicado los libros de poesía Noticias de estación (1991), Fantasmas para una ciudad sin estaciones (1992) y La casa del hechicero (Premio Mucuglifo de Poesía «Carlos Rodríguez Ferrara», 1993).

10 libros fundamentales según Rossana Roncaglia

He decidido ordenar los libros en relación al momento de mi vida, así que los he agrupado en cuatro grandes bloques. Perdonen la cursilería, pero ya se sabe que «uno es solo lo que es y anda siempre con lo puesto».

Libros para empezar a leer y no olvidar el resto de la vida

1. Los hijos del capitán Grant, de Julio Verne.
Quizás ningún autor ha marcado más mi deseo por viajar y conocer nuevos mundos que los libros de Julio Verne. Para mí, y a pesar de internet y la globalización, es el mejor regalo que existe para cualquier niño de más de siete años. Creo haberlo leído unas tres veces y estarle eternamente agradecida a mi madre por habérmelo regalado.

2. El principito, de Antoine de Saint Exúpery.
Junto al chocolate es el mejor antidepresivo que conozco. Creo haberlo leído un montón de veces y siempre descubro algo nuevo. Al final «uno es siempre responsable de los animales que domestica».

Esa difícil transición llamada adolescencia

3. El lobo estepario, de Herman Hesse.
Quien no haya leído a Herman Hesse antes de los 20 años está a salvo, nunca será un «obstinado». Para aquellos que lo descubrimos, la obstinación es un modo de vida.

4. El túnel, de Ernesto Sabato.
Otro de esos libros con los que uno se encuentra en esa época de la vida en la que uno cree que todo puede ser cambiado y las preguntas, como siempre, son más que las respuestas. He pensado mucho sobre si en esta breve selección debe estar El túnel, Sobre héroes y tumbas u Hombres y engranajes. La verdad, creo que debieron estar los tres, pero eso habría sido una gran parcialidad por Sabato. Así que creo que basta incluir El túnel porque los demás vendrán de la mano con él.

Esa fuerza que da tener el corazón a la izquierda

5. Pasado y presente, de Antonio Gramsci.
Este libro no pertenece al ámbito de la literatura, sino al de las ciencias políticas, sin embargo, para mí es uno de los textos políticos mejor escritos y al mismo tiempo más ambiguos que existen. Ese libro, junto a los Escritos de la cárcel, constituye una joya del marxismo que, quizás, los conservadores han entendido mejor que los propios marxistas. Una lectura obligada para todo aquel que viviendo en el Tercer Mundo se crea de izquierda.

6. El banquero anarquista, de Fernando Pessoa.
Si con Gramsci uno se enamora del marxismo, con Pessoa, además de agudizar mis contradicciones burguesas, no he hecho más que profundizar mis inconsistencias. Es la mejor parodia que conozco sobre la izquierda y el pensamiento anarquista, pero, sobre todo, es una joya de los llamados cuentos de raciocinio de Pessoa.

7. La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera.
Pocas novelas lo confrontan a uno con tantas cosas tan profundas y de una forma tan intimista como esta novela de Kundera, la primavera de Praga, el amor y el desencuentro, la esencia de la vida. Con esta novela y las siguientes, descubrí a Kundera como uno de los pilares de mis lecturas. Sus libros pueden ser leídos mil veces.

8. El amante, de Marguerite Duras.
Por alguna razón uno cree que los franceses tienen un sentido del amor y la pasión distinto al del resto de occidente. Quizás por ello me han seducido tanto las novelas de amor y desamor francesas. Este libro y los relacionados son una hermosa y sensual historia de pasión, más allá del deber ser.

9. Fanfan, de Alexander Jardín.
Esta opera prima me hizo recorrer todas las librerías de España buscando los siguientes libros de Alexander Jardín, los cuales, por supuesto, no fueron tan buenos. Fanfan es una verdadera joya desconocida sobre la imposibilidad de iniciar una relación, o mejor dicho, sobre el temor a comprometer y el eterno deseo de prolongar infinitamente el tiempo de la seducción.

Las maravillas de la adultez

10. Cuentos romanos, de Alberto Moravia.
El cuento es uno de los géneros más difíciles de escribir y uno de los más fascinantes de leer. Este libro de Moravia lo acerca a uno a la Roma de postguerra y a mí me acercó al pasado de mi madre y sobre todo a esas miserias y virtudes que afloran en las crisis y en especial en la Italia de postguerra. Creo que una vez al año vuelvo a releer alguno de sus cuentos, sólo para descubrir que «no existen valientes ni cobardes, sino conscientes e incoscientes y que yo era el único consciente en un mundo de incoscientes».

Creo que esta lista le debe una disculpa a Cortázar, cuya narrativa breve es demasiado buena para ser dejada de lado y a una larga lista de poetas que he debido dejar para una selección más larga.


* * *
Rossana Roncaglia. Licenciada en estudios internacionales en la UCV y fanática de la escudería Ferrari.

10 libros fundamentales según Raúl Cazal

1. Los siete locos, de Roberto Arlt.
Al igual que la novela El juguete rabioso y los cuentos de El jorobadito, el lector disfrutará de las miserias humanas, como si se leyera a un Dostoievski argentino.

2. Jonás y la ballena rosada, de José Wolfango Montes.
Quien lea por primera vez este libro estará tentado a leerlo varias veces, y a mayor cantidad de lecturas, mayor será el nivel de cinismo que le proporcionará para defenderse de la cotidianidad.

3. Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi.
Porque mis viejos me enseñaron a vivir con dignidad.

4. A sus plantas rendido un león, de Osvaldo Soriano.
Definitivamente, es un libro que se añora.

5. Poesía vertical, de Roberto Juarroz.
Tomo prestadas las palabras de Guillermo Sucre: «Es una obra que parece no serlo».

6. Maluco, de Napoleón Baccino Ponce de León.
Siempre nos quejaremos de que le robaron el Premio Rómulo Gallegos 1991 al otorgárselo a Uslar Pietri por su novela La visita en el tiempo.

7. La música del azar, de Paul Auster.
Una vez que se empieza, no hay manera de dejarlo hasta llegar a la última página. Y cuando se llega a ella, uno no entiende por qué ha finalizado si estaba empezando otra buena historia.

8. Los demasiados libros, de Gabriel Zaid.
Iba a colocar en este renglón La seducción de la palabra de Alex Grijelmo, pero me decidí por el de Zaid porque cada vez que lo releo me confirma que, sobre los libros, tenemos muchos mitos.

9. Trópico de cáncer, de Henry Miller.
Una novela que sobrevivió a la lectura a pesar de la pésima traducción de Bruguera. Estaba traducida al españolete.

10. La oveja negra y otras fábulas, de Augusto Monterroso.
En este décimo pudo estar La vida exagerada de Martín Romaña, de Alfredo Bryce Echenique, o Días y noches de amor y de guerra, de Eduardo Galeano.

En una lista restringida siempre quedan muchos escritores por fuera, en apariencia.

8.2.06

Algunas deudas

En estos días encontré una hoja que tenía guardada desde hace más de 20 años. En ella había transcrito una lista de 21 autores que debía leer. Me la habían proporcionado unos amigos egresados de la escuela de Letras para que estuviera enterado de lo que se había escrito antes de Cortázar, García Márquez y Borges. Los clásicos, pues.

He aquí las obras y los autores:

1. El Quijote. Cervantes
2. La divina comedia. Dante
3. Otello / Hamlet / La tempestad. Shakespeare
4. Fausto. Goethe
5. Los miserables. Victor Hugo
6. El jugador / Crimen y castigo. Dostoyevski
7. Madame Bovary / La educación sentimental. Flaubert
8. La comedia humana (Papá Guriot). Balzac
9. Nana. Zolá
10. La guerra y la paz. Tolstoi
11. (Narraciones). Chejov.
12. En busca del tiempo perdido. Proust
13. La metamorfosis / El proceso. Kafka (El castillo)
14. Retrato de un artista adolescente / Ulises. Joyce
15. Orlando / Las olas / Al faro. Wolfe
16. El sonido y la furia / Mientras agonizo / Sartoris. Faulkner
17. El viejo y el mar / ¿Por quién doblan las campanas? / (cuentos). Hemingway
18. La montaña mágica / Las cabezas tocadas. Mann
19. Trópico de cáncer / Trópico de capricornio. Miller
20. Nadja. Breton
21. La náusea. Sartre

Les confieso que nunca cumplí con la tarea a cabalidad puesto que de estos autores sólo he leído a unos cuantos de ellos: Kafka, Miller, Sartre, Wolfe. A Hemingway no recuerdo si leí El viejo y el mar o si ví la película en la tv. El Quijote siempre lo empiezo y no paso de las primeras páginas, que me parecen geniales, pero después me empieza a dar sueño y lo dejo hasta ahí. Shakespeare era obligatorio en el liceo, así que esa si estaba cumplida antes de hacer la lista aunque me recomendaron releerlo.

Hay libros que en la medida que pasaba el tiempo nos lo contaban otros libros u otras personas y con la literatura me sucede igual que con las películas, cuando se de qué trata le pierdo interés.

Siempre pensé que en esta lista estaba, no se por qué, Rojo y negro, de Sthendal. Pero ahora que la leo y la vuelvo a transcribir me percato que nunca estuvo como tarea y me han entrado unas ganas de leerlo. Aunque ya he apartado algunos libros, entre ellos Papá Goriot y El jugador. También insistiré con El Quijote.