16.10.05

Silencio y ruido en Harold Pinter

Debo confesar que no soy especialista en literatura teatral, bueno, realmente no soy especialista en nada, pero de teatro se muy poco. Si me piden citar dramaturgos, los dedos de mis manos y de mis pies bastan para contarlos.

He leído reseñas y reportajes sobre el nuevo premio nobel de literatura Harold Pinter y los dramaturgos se sienten satisfechos por el premio, aunque un poco tarde, comenta Ugo Ulive. Y esa es una de las cosas que uno se pregunta, para que tanto dinero por un premio que generalmente no alcanza lo que resta de vida para gastarlo.

Una de los atributos de la dramaturgia de Pinter es el silencio. Al parecer no hay nada más exigente que la actuación de esos momentos donde no se dice nada y se dice todo al mismo tiempo. Otro de los atributos es el retrato en las tablas del proletariado. Quizá por esta combinación explosiva, silencio y obreros, hizo que lo catalogaran como un exponente del teatro de lo absurdo. Pero es una sospecha infundada. Si hacemos una búsqueda por internet encontraremos mucho más sobre este dramaturgo que había revolucionado las tablas a mediados del siglo XX y ahora es que nos enteramos los pobres mortales.

Sobre Pinter existen estudios sobre el silencio, el cuarto, las parejas, lo verdadero y lo falso de las verdades y las mentiras. Quizá este premio nos permita una reposición de algunas de sus obras y desplace a tanto monólogo barato y simplón que abunda en nuestras citadinas salas de Caracas.

Si bien el silencio marca la obra de Pinter, en la vida muy por el contrario, no ha callado ante los atropellos, las injusticias y las barbaridades que han cometido los gobiernos de derecha. Sus palabras son de solidaridad contra el bloqueo que ha mantenido EEUU contra Cuba. En Inglaterra, ha acusado a Tony Blair como criminal de guerra por su postura a favor de la invasión a Irak.

Pinter ahora es otra piedrita más dentro del zapato de quienes intentan pisotear las luchas sociales y las reivindicaciones de las políticas de izquierda. José Saramago ahora tiene otro compañero para hacer sonar las campanas, porque las de Gabriel García Márquez desde hace muchos años no se escuchan.

3 comentarios:

Raúl Cazal dijo...

Peters, está visto que el Nobel no lo conceden por lo que piensan, ni siquiera para equilibrar la balanza.

Juan Carlos Chirinos dijo...

Raúl, te copio aquí mi respuesta a tu comentario a mi post "Reflexión, mucha reflexión" del 23 de septiembre (de El cuaderno de Taganga); me interesaba que lo leyeras y por eso lo hago. Siento insertarlo en un post de tema distinto. Me disculpo con tus lectores.
un abrazo
Juan Carlos

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Bueno, Raúl, este comentario tuyo no lo entiendo demasiado en este post, porque no logro dar con los privilegios de Walter Martínez que evitaban hacer justicia social. Lo que yo estoy denunciando aquí es el método totalitario y personalista del presidente que mando a callarse la boca a Martínez (que sigue siendo un fiel soldado y no abre la boca) y y que regañó en directo a tascón y a Silva, que guardaron abobinable silencio y obedecieron cual monjes benedictinos ante la Regla de Benito.
Denuncio la deplorable actitud de Chávez y su respuesta sumisa y chupamedias que, cosa insólita, refrenda la censura con un "gracias, presidente" dicho casi con la emoción de quien habla con un ídolo, escuchado con la reverencia debida a un dios que todo lo puede. En las sociedades democráticas, sólo un Papa (en una estructura dictatorial como la Iglesia) o semejante puede llamar a capítulo a sus correligionarios sabiendo que estos no levantarán la voz y obedecerán.
¿No se parece, Raúl, esto al comportamniento de un dictador, tipo Franco, Castro o Pinochet?* Di tú.

un abrazo Juan Carlos

* Addenda: la colocación de Fidel Castro entre Franco, Pincohet (y Mussolini, y Stalin) no es gratuita: a mí me da la mismo el totalitarismo de izquierda que el fascismo de derecha: estarás de acuerdo conmigo en que ambos producen muertos, hambre, pobreza y persecución.

Raúl Cazal dijo...

Esta fue mi respuesta en tu blog:

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Juan Carlos, lamento decepcionarte, pero no comparto el criterio de colocar el totalitarimo de izquierda al lado del de derecha. No creo que lo que le ha causado Fidel Castro a Cuba es lo mismo que le ha causado a la humanidad Hitler y Mussolini. Creo que si de confundir se trata y de mantener ideas de los setenta, va bien mezclar a todos esos personajes en el mismo saco. Y no creo en los maniqueísmos, aunque algunas veces caiga en ello.

Lo hice en este comentario porque no hallaba donde escribir y realmente no importa. Lo que me parece extraño es que nadie se haya dado por enterado que un dictador no anda llamando a la televisión, a un programa. Un dictador tiene unos mecanismos, creo. Si Gomez hacía shitoo, es porque lo conocemos por la tenelovela muchos años después y gracias a Salvador Garmendia.

Solo quiero hacerte un llamado a reflexionar. Es muy fácil criticar como lo hacen algunos, ramplonamente y llamar dictador a Chávez. Yo que viví en una dictadura, te puedo asegurar que esto está muy lejos de lo que Uds. pregonan. Me dirás que los tiempos han cambiado, como me dice Doménico Chiappe. Si, han cambiado y por eso lo digo, porque también hay que cambiar la forma de pensar.

Un abrazo

Raúl

Addenda: Si por producción de “muertos, hambre, pobreza y persecución“, coloca a los Bush, en especial a George W., a Reagan, por supuesto. Al parecer muchos se nos queda grabado algunos iconos y se nos olvidan estos. Seguro que estrás de acuerdo conmigo en esto.

Addenda 2: Con respecto a lo de Walter Martínez no comparto la opinión de quienes lo apoyan. Este personaje hacía desmanes en nombre de Chávez. Se creía intocable, algo que siempre criticamos. Por eso no me pliego a su favor. Lo lamentable es que sea Chávez quién lo quita.

Addenda 3: Cómo va la escritura, en qué andas. Dame pistas.