23.6.04

Pereira para vivir

La poesía de Gustavo Pereira siempre nos interroga y nos muestra otros lugares como propios. Avisa que la vida puede ser tan solemne como irónica, pero sobre todo, entendemos o intuimos que los poetas no son lo que parecen y mucho menos la poesía. Quizás le pedimos mucho a algo que puede ser tan sencillo como puede ser la vida, el amor o la muerte. Sentimentario es uno de los tantos somaris de Pereira que se disfrazan de poesía, que no son haikú, sino somari. Breves como el espacio y el tiempo cuando se juntan para decirnos que existimos en un instante. Juan Liscano había dicho en alguna oportunidad que “... Pereira deja entrever su dualismo existencial, esa soledad creadora que se alimenta de mundos y de hombres también aniquilantes. Alimentarse de lo que nos mata. Así mismo la humanidad se come al planeta que lo sustenta. El signo real de la condición humana sin esperanza metafísica es la antropofagia. Pereira no declina su fe en la esperanza humana. Se trata efectivamente de creer en el misterio de la condición humana...”. Sentimentario es poesía que no se esconde detrás de la palabra, ni en la incertidumbre aunque muchas veces lo aparenta.

Sentimentario, de Gustavo Pereira
Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2004

Días de radio

La sociedad y la política pasa primero por ser voz en la radio. Si no es el primer medio de comunicación al que visitan hertzianamente, por lo menos es el lugar de más fácil acceso para los ciudadanos, y además, porque presienten que sus historias, al escucharla uno, también lo hace una gran audiencia, y todo ello, a través de una simple llamada telefónica, sin necesidad de desplazarse y de hacer colas inútiles. Allí, no hay papelitos de espera. El ciudadano de radio, antes que obsequiarle algo a su amada, llama a la emisora y le pide al locutor que le dedique una canción y que por favor diga que es para su novia que cumple años. Así como aquél, que en vez de ir a la policía o las instituciones públicas pertinentes para hacer una denuncia, primero quieren que la injusticia que le ha tocado vivir la sepa todo el mundo, en vivo y en directo. En el cine la radio ha sido abordada para mostrar nostálgicamente a un país o a una familia, pero también ha mostrado esa cara perversa que tiene la sociedad. Rosalía Winocur en su libro Ciudadanos mediáticos, aborda “la construcción de lo público en la radio” a partir de un estudio sobre Ciudad de México. Su reflexión sobre las nuevas formas de convivencia, de inclusión y exclusión social, así como las prácticas políticas y las relaciones de poder, nos ilustra que en nada se diferencia Caracas de esa gran capital que está tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos.

Ciudadanos mediáticos, de Rosalía Winocur
Gedisa, Serie Culturas, 2002