29.4.04

Lágrimas por miedo

La violencia que se vive en América Latina muchas veces queda marginada del pensamiento porque solamente se retrata en cifras y gráficos, como tratando de mostrar alguna evidencia y no es precisamente para sentirnos orgullosos de quién lleva un mejor promedio en cuanto a muertes por armas de fuego en un fin de semana. La violencia ni siquiera es un motivo de competencia, no podemos decir que Caracas es más violenta que Sao Paulo o Bogotá. Tampoco nos consuela tener índices menores que otras ciudades porque lo que queda detrás de cada muerte, además del llanto, es el miedo. Y comprenderlo, es quizás algo que no alcanzamos a atisbar porque el miedo es algo tan cotidiano que nos hemos acostumbrado a vivir encerrados, pendientes de la tele o de la radio (medios destinados, según Martín-Barbero, a meternos más miedos), a comprar seguridad y a bloquear las calles para supuestamente tener mayor control y a excluir a los demás ciudadanos que no sean del vecindario o de la misma condición social. Ciudadanías del miedo tiene el valor de ser un libro singular puesto que nos entrega otra visión de la realidad de las ciudades latinoamericanas inmersas en violencia para decirnos además que vivimos con miedo y, algunas veces, hasta masoquistamente con humor.

Ciudadanías del miedo, Susana Rotker (editora)
Rutgers, Nueva Sociedad, 2000

Transeúnte

No es extraño que Leonardo Padrón consiguiera una fórmula entre poesía y ciudad porque él es un hombre de a pie. Si no anda en Metro va en carrito o en taxi, siempre es transeúnte con sus zapatos deportivos bien puestos por si hay que echar a correr. Su palabra está en la mirada de una calzada, pero no en la calzada en sí, sino en las piernas que se alzan, en las faldas que bailan al ritmo de un cruce de calles. Poesía para buscar el amor o para extraviarse. En Boulevard no hay belleza ni ríos prístinos, los bares son una excusa para la travesía o el recuento de un crimen y los ocasos son vistos desde la perspectiva de vivir en un piso alto –que no es lo mismo que presenciarlo desde PB–. Padrón es un poeta en una ciudad –o en un país– donde los poetas ya no cuentan y Boulevard no es un canto, sólo es poesía.

Boulevard, Leonardo Padrón
Colección La Diosa, 2002

7.4.04

Malas noticias

Bogotá está punto de ser tomada por la guerrilla. Quizás sea ficción, pero antes de prender la tele e indagar en CNN de la certeza de la noticia, es preferible internarse en la lectura del último libro de Santiago Gamboa: El cerco de Bogotá. Quizá el lector entienda que es puro cuento, pero también podemos comprender que es una realidad, que pudo haber sucedido o que es algo que está pendiente. Realidades que sólo parecen suceder en tierras lejanas y desconocidas, en vivo y directo o en tiempo real, pero que también puede sucederle a nuestro vecino país. Y como en estos tiempos está visto que cualquier cosa puede suceder y la realidad muchas veces supera a la ficción, Gamboa se adelanta, por si acaso. Y si no llega a pasar nada, no importa. Sólo era un cuento, acompañado de otros donde los periodistas son personajes de historias de amor, asesinatos frustrados y aeropuertos tristes.

El cerco de Bogotá, Santiago Gamboa
Ediciones B / Ficcionario, 2003